Estamos a un mes de que se convoque para las elecciones generales y el ambiente político que se vive es de relajo, al extremo que nadie puede asegurar lo que sucederá en los próximos meses, porque muchos de nuestros políticos están jugando a “río revuelto…”, suponiendo que ellos son buenos “pescadores de oportunidades” y que sabrán sacar provecho de cada coyuntura.
Desde hace tres años se sabía que Sandra Torres de Colom buscaría la Presidencia y proyectar a la UNE hacia el continuismo con sus proyectos sociales bajo el brazo. Eso nunca fue novedad, mucho menos secreto. Sin embargo, el impedimento constitucional para optar a la Presidencia de la República, por estar “dentro” de los grados de familia que le inhabilitan como candidata, optó finalmente por la vía del divorcio, destapando una turbulencia política que persiste a la fecha, y que se prolongará al menos hasta junio y julio, cuando la CC termine de discutir sobre la legalidad de su separación matrimonial.
El primer “pescador” en meterse al río revuelto de los impedimentos constitucionales fue el alcalde Álvaro Arzú, quien aun sabiendo perfectamente que no podía ser candidato presidencial, ideó una estrategia engañosa para anunciar sus aspiraciones de volver a la primera magistratura, pero en el fondo lo que hacía era huir de la posibilidad de debatir con quienes aspiran a sucederle en la Municipalidad.
Finalmente vio que las críticas eran muy fuertes, pero no contento con el relajo que provocó, ahora intenta medir si su esposa tiene la talla para convertirse en candidata de su pequeño partido, que enfrenta la posibilidad de retroceder en número de diputaciones y alcaldías, aunque sabe perfectamente que no puede jugar ningún papel medianamente importante en la contienda presidencial.
Para terminar el desmadre político, Zury Ríos, la hija del general Efraín Ríos Montt, se apresura en promover su candidatura a lo interno del FRG, lo que plantea otra situación que deberá llegar a la CC por el mismo impedimento constitucional. Este partido lucha apenas por evitar su desaparición, y un rechazo de la Corte a su candidatura puede ser la puntilla, ya que no tiene ningún liderazgo visible.
Por otra parte, han principiado a ir y venir las encuestas, y todas muestran que hay dos fuertes aspirantes, Otto Pérez, del PP, con una buena ventaja, y la oficialista Sandra Torres, lo que pronostica una campaña intensa de mucha confrontación verbal (ojalá no pase a más…) entre estas fuerzas que, curiosamente, tienen entre sus principales figuras a protagonistas, en distintos niveles, del pasado conflicto armado de nuestro país.
Mientras las aguas se agitan, y pueden ponerse peor en los próximos tres meses, la gran duda de muchos es si habrá algún candidato, entre los pequeños que ya suenan (Suger, Baldizón y Caballeros), que pueda capitalizar la polarización, ataques y enfretamientos entre los dos principales aspirantes, como para convertir la batalla electoral en lucha de tres. Esa es la gran incógnita.
Arzú deberá librar su propia batalla por sobrevivir esta vez, porque su proximidad con Sandra Torres todos estos años y su apoyo en la estrategia electoral, le pueden pasar la factura, ya que el electorado que le ha dado la victoria siempre, es el que ahora se muestra más contrario a la primera dama (o ex), y podría ver que le den la espalda más capitalinos.
En fin, el desmadre ya existe, pero apenas ha principiado. Nuestra inmadurez política nos dará más de que hablar o escribir.
Gonzalo Marroquín
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